miércoles, 4 de junio de 2014

En la buena dirección económica.

Normalmente Mayo es un buen mes para el empleo en una economía estacional como la nuestra porque sin duda este mes marca el inicio de la temporada turística. Pero aún así hay debemos de  celebrar los buenos datos de paro registrado en dicho mes. El desempleo cayó en 118.000 personas el mejor dato de la serie histórica y el décimo descenso mensual consecutivo, hasta 4,57 millones, y el número de afiliados a la Seguridad Social creció en 198.320 trabajadores, el mayor incremento desde 2005. También en términos desestacionalizados, osea eliminando el efecto calendario se trata de cifras históricamente altas.
La economía española ha creado puestos de trabajo en todos los sectores. Se registró un fuerte empujón de los autónomos, en mayo los servicios de empleo contabilizaron 19.322 altas, con una media de 1.000 por cada día laborable y de trabajadores extranjeros, 2.300 altas por día. Es importante, además, que el paro juvenil continúe con su tendencia a la baja: en los últimos doce meses se ha reducido un 11%. Al finalizar el mes de mayo, pues, había en nuestro país 261.000 cotizantes más y 318.000 desempleados menos que hace un año. Son crecimientos que no se veían desde 2007, pero que se han producido en circunstancias muy distintas. Mientras que aquel año la economía estaba en plena ebullición, ahora el país apenas acaba de salir de una recesión. Que sea capaz de generar puestos de trabajo de forma sostenida con un escaso crecimiento es muy importante para prever el comportamiento futuro del mercado laboral.
Por ello, la caída del paro y la mejora de la contratación no son fenómenos pasajeros o puramente estacionales, sino que estoy dispuesta a afirmar que se trata de tendencias sostenidas. Ahora bien, este crecimiento del empleo tiene un precio: la alta temporalidad de los contratos que se están firmando. Aunque la tarifa plana al cotizar por la contratación de indefinidos ya se empieza a notar con 68.000 altas desde su creación en marzo de este año continúa siendo un pequeño porcentaje del total. Con todo, los datos son indiscutibles y deben llevar al optimismo, pues tras 2 años y medio de intensas y necesarias reformas por fin estas están siendo palpadas en los ciudadanos, la economía real repunte y no hay mayor que el aumento del empleo y la confianza de los consumidores que se sitúa a niveles de 2007, estamos en la buena dirección y animo desde aquí al gobierno a seguir llevando a cabo la mayor labor reformadora desde la transición para que España vuelva a las cotas de crecimiento y empleo de las que nunca debió descender.