domingo, 14 de marzo de 2010

30 años de socialismo un régimen anticuado.

Treinta años de hegemonía impermeable han convertido al PSOE andaluz en la única gran federación del partido en la que no ha logrado triunfar plenamente el zapaterismo. Sus nuevas caras están compuestas de jóvenes que apenas sí han hecho algo es no acabar los estudios y vivir del gobierno y de los andaluces, de tal modo que comparten en amalgama la trivial inconsistencia impuesta por el liderazgo de ZP con los vicios de poder adquiridos en una larga dominancia. La renovación que pretende Pepe Griñán está lastrada por la herencia de esa supremacía en la que él mismo representa el último eslabón del tardofelipismo; se quiere sacudir la sombra del virrey Chaves a través de un equipo formado bajo el chavismo. Y todo ello en medio de un proceso de desgaste que amenaza con liquidar en las urnas el viejo orden socialista antes de que pueda consolidarse uno nuevo.
Sobre Griñán es un hombre del pasado, mucho más próximo a González que a Zapatero. El encargo de pilotar una transición interna es un compromiso a contracorriente de las tendencias actuales del partido, dificultad que se suma a una oleada sociológica adversa. El mejor de sus horizontes pasa por gobernar con Izquierda Unida para evitar el desmoronamiento de un enorme aparato de intereses que ha acabado sepultando la autonomía. Estando esta al sevicio de loa gandules socialistas que su primacia en la vida es vivir del gobierno andaluz sin mover un ápice de su cuerpo y ahora son ellos les de juventudes socialistas los que son los "pijos" los "niños de papá": Hijos de viejas glorias socialistas, afiliados a juventudes socialistas, con la carrera a medias y trabajando de asesores y puestos de enchufe, viviendo de los andaluces, ganduleando, esa es la realidad de Andalucia lo que cuando el Partido Popular llegue al gobierno tiene que acabar y hacer una comunidad próspera, fuerte, unida. Y no como ahora que es una comunidad de ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. Esta desgraciadamente la realidad andaluza.
El congreso del PSOE Andaluz de este fin de semana, preparado a toda prisa para entregarle el mando efectivo de la organización y acabar con la bicefalia tutelada por Chaves, ha sido un revival de vieja guardia felipista en el que se han evidenciado las fisuras de un relevo mal resuelto. González sigue siendo el gran referente del socialismo andaluz, que además de no acabar de encajar a Zapatero lo siente ahora como un lastre para sus expectativas de supervivencia. Griñán obligado a aceptar e introducir cambios para que todo siga igual. Pero por fuera del inmenso aparato de poder socialista ya nada es igual; hay una nueva sociedad que demanda nuevos liderazgos para nuevas circunstancias y siente un severo cansancio ante tres décadas de inmovilismo. Con Chaves prejubilado a la fuerza y Zapatero desgastado por la crisis, lo que el PSOE pretende en Andalucía es prolongar la agonía de un régimen, apuntalar el último bastión de un pasado que quizá aún pueda estirarse unos años pero no podrá enlazar con el futuro sin romperse.
La semana pasada el Partido Popular en el parlamento Andaluz le propuso a Griñán un plan de 130 propuestas para paliar la crisis, este en lugar de cogerlas huyó. Esa es la desvergüenza de este régimen.
Y mientras Javier Arenas se está ganando el pan día a día haciendo trabajo en la calle, no en despachos como los socialistas, Javier Arenas viaje durante la semana a todas las ciudades de Andalucia, viendo los verdaderos problemas de los ciudadanos, preocupandose por ellos, tratando de buscarles soluciones, ese es un político y un presidente de verdad. Y ese será dentro de muy poco el PRESIDENTE DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA. Y con nuestras grandes propuestas vamos a hacer de Andalucia lo mismo que hicimos con España, reformarla de este a oeste, de norte a sur, para que este donde se merece a la cabeza de España, en lugar de a la cola como ahora.

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