viernes, 19 de marzo de 2010

Los ladronzuelos socialistas en la calle.

En febrero del año 1995, cuando Luis Roldán fue detenido en una rocambolesca operación en el aeropuerto de Bangkok su fortuna amasada pormas de una década de cohechos y mordidas ascendía al equivalente aproximado de diez millones de euros. Entre embargos, subastas y otras providencias, la justicia ha recuperado en los últimos quince años poco más de un millón y medio. Cuando hoy firme su libertad definitiva, tras cumplir la mitad de su condena oficial, el icono de la corrupción felipista será un pobre hombre rico que ha saldado su deuda sin devolver el dinero.
Quiere la casualidad que Roldán sea ahora vecino de una ciudad, Zaragoza, cuyo alcalde actual fue el ministro que lo mandó detener en la bochornosa componenda de los papeles de Laos. En aquel tiempo Belloch soñaba con heredar a un González que no estaba dispuesto a dejarse suceder por nadie que no fuese él mismo. Roldán fue el símbolo de una época infame de venalidad pública y degradación política que convirtió a España en una cleptocracia cuyos tribunos más conspicuos formaban una banda de ladrones de cuello blanco. Nadie puede decir que tres lustros de cárcel sean un castigo leve, pero la evidencia del dinero oculto impregna su liberación del amargo aroma de un fracaso de la justicia.
Porque no sólo ha quedado sin aflorar el botín afanado en diez años de corruptelas. El ya ex convicto ha sido también un eficaz cortafuegos de silencio en torno a las tramas oscuras de aquella época en que la podredumbre circulaba a caño libre por las tuberías del Estado. La clase de lazos invisibles que pueden unir el paradero del montín con el mutismo del condenado queda al albur de la imaginación. Ha llovido tanto desde aquel escándalo que la reaparición de su protagonista parece el descubrimiento de un remoto sustrato de la arqueología política. Roldán mantiene aún una popularidad seductora, un tirón mediático que está a medio camino entre la indignación por su relativa impunidad y la fascinación por su descaro delictivo. Pero más allá de eso, su libertad recobrada retrotrae las incógnitas de un tiempo mal resuelto cuyas claves acaso guarde en un arcano tan desconocido como el de su riqueza ilícita. Y ahora todos callán y le atribuyen el muerto, a otros que no tienen la capacidad de defenderse.
No dudo que visto que el año pasado Roldán fue a un programa de televisión, verlo de nuevo dentro de unos pocos meses en televisión, amasando mas fortuna, de la que tiene trás 15 años en la cárcel ahora llega su época la de gastarse el dinero que nos robó a los españoles sin miramientos ningunos. Esos los verdaderos socialistas en sus gobiernos nunca han faltado las corruptelas, ni las mentiras, ni los robos, si no tienen algo de eso, es como si no fueran ellos.
Desde aquí pido y deseo que ese dinero que misteriosamente lleva 15 años desaparecido se encuentre y se recuperé y estas sabandijas que estuivieron una época en prisión, pocos años a mi modo de ver, nos devuelvan todo nuestro dinero a los españoles, con devolver ese dinero podríamos evitar unos meses de subida de IVA, pero bueno del IVA, ya hablaremos otro día y bastante largo y tendido.

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