lunes, 26 de enero de 2015

Nuevo gobierno griego, mismas exigencias para el país.

Alexis Tsipras ha tomado hoy posesión de su cargo como presidente heleno, tras un pacto con el partido ANEL para formar gobierno a raíz del resultado obtenido ayer en las elecciones griegas, consiguiendo la coalición de izquierda radical Syriza un triunfo histórico, obteniendo el 36% de los votos.
El drástico giro que reflejaron ayer las urnas es la manifestación de la voluntad de los ciudadanos griegos, y en este sentido nadie puede cuestionar ni demonizar los resultados. A pesar de la incertidumbre que genera en el seno de Europa la victoria de una formación populista como Syriza, es hora de olvidar los discursos catastróficas y apocalípticos y ponerse a trabajar ofreciendo colaboración al nuevo gobierno griego. Pero esto, por supuesto, no puede significar que la UE, el BCE y el FMI deban ceder ante sus pretensiones. Grecia tiene contraídas una serie de responsabilidades de las que Tsipras no podrá desembarazase, como es la devolución de los 320.000 millones de euros recibidos en concepto de rescate para evitar la quiebra del país. Europa puede flexibilizar los plazos de la devolución de la deuda o negociar una bajada de intereses, porque no se trata de asfixiar a los griegos, pero debe evitar hablar de quitas o de una renegociación que suponga el impago a los acreedores internacionales, ya que esto supondría un antecedente de peligrosas consecuencias y daría alas a otros movimientos populistas. El nuevo jefe de Gobierno ha generado unas expectativas que no son reales, prometiendo el fin de las políticas de austeridad aplicadas por el anterior Ejecutivo. Pero el líder de Syriza se va a tener que enfrentar a una realidad bien distinta, la que le presente la Troika en las próximas negociaciones. Si aspira a conseguir nuevos aplazamientos en el pago de la deuda, no le va a quedar más remedio que comprometerse en continuar con el ajuste del gasto. De lo contrario, estaría condenando al país a una crisis aún mayor de consecuencias imprevisibles y a una posible salida de la eurozona.
Es cierto que la victoria de Tsipras puede interpretarse como un castigo de los electores a la desprestigiada clase política que ha gobernado el país durante los últimos 40 años. Pero el nuevo líder debe demostrar que no sólo es el depositario del voto inconformista o de quienes están cansados de la depauperación del país, sino que sus propuestas y su nuevo talante político, antagónico a los de una clase dirigente irresponsable, endogámica, clientelista y corrupta, son válidos para sacar a Grecia del atolladero.
Las soluciones de Syriza no son exportables a España, ya que nuestro país tiene una economía diez veces mayor, está creando empleo, creciendo a un ritmo superior a la media de la UE y, sobre todo, no está rescatado ni sometido a las condiciones de la Troika.

miércoles, 14 de enero de 2015

ETA debe seguir sufriendo el peso de la ley por todas sus fechorías.

Ayer conocimos una estupenda noticia; la decisión de la Sala Penal del Tribunal Supremo que establece que no se debe aplicar descuentos en las condenas de los etarras por las penas que hayan cumplido en otros países de la Unión Europea. Al hacerlo así, desautoriza a los jueces de la Audiencia Nacional que fallaron a favor de las reclamaciones de los terroristas. En demasiadas ocasiones los asesinos han aprovechado los resquicios de la ley o el clima político para obtener unos beneficios que, a todas luces, no merecían.
La resolución del Supremo tiene la virtud de que zanja las diferentes interpretaciones a las que había dado lugar una Decisión Marco de la Unión Europea entre los jueces de la Audiencia Nacional. La falta de un criterio claro permitió que desgraciadamente, a principios de diciembre, y pese a la oposición de la Fiscalía, se pusiera en libertad a Santi Potros y a Alberto Plazaola. El acuerdo del Tribunal Supremo permite ahora rechazar las solicitudes de descuento de la condena que habían presentado cerca de 80 terroristas y devolver a prisión a los dos ya excarcelados.
Ayer, también conocimos que la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha solicitado 29 años de prisión para Bolinaga por el asesinato a tiros de un agente de la Guardia Civil en 1986. El sanguinario etarra se halla en libertad condicional desde agosto de 2012 después de que diferentes informes médicos dijeran que sufría una enfermedad incurable en fase terminal. Transcurridos más de dos años, resulta más que evidente que se ha producido una burla a la Justicia. Es de ley que el carcelero de Ortega Lara, que jamás se ha arrepentido de sus fechorías, dé cuenta ante los tribunales de todos sus crímenes, si bien, a estas alturas, es difícil que se modifique el régimen de que disfruta.
Que ETA haya dejado de matar no debe dar pie a un espacio de impunidad y menos aún a relajar, la situación carcelaria de los terroristas. El Código Penal está para cumplirse y la Justicia debe garantizar, como siempre, su aplicación.
Para las víctimas: Memoria, dignidad y justicia y para los terroristas; Ni olvido, ni perdón.

lunes, 12 de enero de 2015

No a la barbarie y no a perder libertades.


Ni las 192 víctimas mortales del 11-M de 2004 en Madrid, ni las 52 del 7-J de 2005 en Londres; ni siquiera los 2.973 muertos del 11-S de 2001 en Nueva York, Washington y Shanksvillelograron una concentración de tal magnitud de dirigentes políticos del mundo como los 17 fallecidos de estos últimos trágicos días en París. Este es sin duda, un síntoma muy significativo del estado de ánimo con el que lla sociedad, encabezada por sus gobiernos, está respondiendo a los asesinatos: más unidad que nunca frente a la barbarie yihadista, porque el mal está dentro y, en estos momentos, da la impresión de estar en buena parte incontrolado. Esas 54 horas de pánico en Francia han desembocado en lo que podemos denominar sin duda la primera gran manifestación unitaria europea. Porque políticos y ciudadanos salieron a la calle para defender los valores básicos de la civilización occidental.
Ayer, más de millón y medio de personas, arroparon a las decenas de autoridades que rindieron testimonio a las víctimas y manifestaron su repulsa al terrorismo, personas de todo tipo credos  marcharon con el único grito de:"Je suis Charlie", lema que se ha convertido en el más difundido en la historia de las redes sociales, lo que dice mucho de la tremenda conmoción que han causado los sucesos de París en todas las sociedades y no sólo en el ámbito político. Aunque suene a tópico, habrá un antes y un después de los atentados de París porque la impresión que ha quedado en la sociedad es que 13 años después de la caída de las Torres Gemelas hemos avanzado poco en la prevención de esos ataques del fanatismo yihadista.
También ayer, en Paris; los ministros del Interior de la UE  se reunieron antes de la manifestación para tomar las primeras medidas de respuesta. Acordando aplicar controles profundos en las fronteras, aumentar la cooperación policial y judicial y atacar la difusión de los mensajes terroristas en internet, para lo que se establecerán conversaciones con las grandes empresas del sector. El ministro español, Jorge Fernández, se mostró partidario de aprobar ya el registro de datos de viajeros (PNR, por sus siglas en inglés ), que recoge información de ciudadanos que lleguen a la UE desde países que se consideren conflictivos y de los que salgan con destino a ellos. Esta iniciativa lleva paralizada en el Parlamento Europeo desde 2010 por la negativa de los partidos progresistas al considerar que atenta contra la libertad individual.
¿Cómo conseguir aumentar la seguridad ciudadana sin cercenar lo más mínimo las libertades?. Es el debate que volverá a primer plano tras el atentado de París. Y los gobiernos democráticos deberán hilar muy fino en sus propuestas y medidas, porque retroceder en la defensa de los derechos fundamentales supondría, a la postre, un triunfo de las tesis terroristas. Y nuevos atentados podrían espolear los movimientos ultraderechistas y xenófobos que están surgiendo en Europa. La encrucijada es tan problemática como brutal el terrorismo que la causa.