viernes, 19 de febrero de 2010

La "X" en la casilla de la iglesia.

La Iglesia católica ha aumentadopor segundo año consecutivo los fondos que recibe de los contribuyentes a través del IRPF. En el año 2009, la cantidad ascendió a 252 millones de euros, 11 millones más que en 2008. Se trata de un dato especialmente significativo porque la crisis económica ha producido una caída de la recaudación en este impuesto personal y directo. Además, el número de declaraciones que ejercen la opción de marcar una «x» en la casilla correspondiente creció en más de 237.000. Una vez más, queda claro el fortísimo arraigo de la Iglesia en la sociedad española. No es difícil aventurar que este aumento tan relevante es una respuesta al acoso de determinados poderes públicos hacia las creencias muy mayoritarias entre los ciudadanos. Con guiños permanentes del PSOE hacia el laicismo radical, muchos contribuyentes se sienten impulsados a reforzar su apoyo a la Iglesia, víctima de maniobras partidistas que merecen un rechazo contundente.
Hay también otro factor determinante. En tiempo de crisis económica, la sociedad reconoce la labor de la Iglesia al servicio de fines de interés social. A través de Cáritas y de otras muchas entidades se desarrolla una labor callada y eficaz que suple con frecuencia las carencias de las prestaciones públicas. Muchos inmigrantes, indigentes o familias que sufren el drama del paro y la crisis perdiendo su hogar y sin recibir ningún servicio por parte del estado, saben que pueden acudir a las parroquias o a los grupos que realizan una gran labor en nombre de la caridad cristiana. La Iglesia administra con autoridad los fondos que recibe, considerando que la asignación tributaria apenas cubre el 25 % de su presupuesto y que mantiene la actividad de 23.000 parroquias y cerca de 20.000 sacerdotes. Sin embargo, los promotores de la campaña laicista prefieren no enterarse de esta labor social inspirada por los principios cristianos que desmienten sus prejuicios ideológicos. Lejos de cualquier sectarismo y radicalismo, los ciudadanos reconocen y apoyan estas tareas eclesiásticas como demuestran un año tras otro los datos del IRPF, mal que le pese a algunos
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