jueves, 12 de diciembre de 2013

PISA echa un capote a la LOMCE.


Recientemente hemos conocido los datos del informe sobre el nivel educativo que realiza la OCDE, el conocido Informe PISA, cuyos resultados en España trazan de nuevo un retrato devastador de nuestro sistema educativo y pone en evidencia las lagunas de formación en materias troncales como las matemáticas, la lengua y las ciencias.
España aparece situada en el puesto número 25 de los 34 países más desarrollados económicamente en conocimientos de matemáticas. Y queda colocada en el puesto 23 en capacidad de lectura y el 21, en ciencias. En ninguna de las tres disciplinas, llega a la media de las pruebas realizadas a alumnos de 15 años.
La radiografía del Informe Pisa sobre la educación en España es demoledora porque, además de los malos resultados en las asignaturas troncales, desvela un alto porcentaje de alumnos regazados, un elevado número de estudiantes que repiten y un 28% que hace novillos habitualmente.
Los autores del Informe PISA subrayan que el nivel educativo se ha estancado en nuestro país pese a que el presupuesto público ha aumentado un 35% en los últimos 10 años y habiéndose llevado a cabo numerosas reformas. Por tanto, España no tiene un problema de inversión educativa sino de modelo.
Por ello, el Informe Pisa debería suponer un verdadero aldabonazo en las conciencias de las autoridades educativas, en los profesores y en todos los estamentos relacionados con la enseñanza porque sencillamente deja patente que no hay relación entre el nivel de desarrollo económico de este país y un sistema de enseñanza con gravísimas deficiencias.
Es evidente que nuestro sistema educativo fracasa en su objetivo esencial: proporcionar conocimiento, lo que equivale a enseñar a pensar. Y como no hay nada que inventar en esta materia, habría que tomar como referencia lo que hacen países europeos como Suiza o Finlandia, que por algo aparecen siempre como los mejores.
La publicación de estos resultados coincide con la reciente aprobación de Ley de Mejora de la Calidad Educativa en el Congreso con el rechazo de todos los grupos parlamentarios, excepto el que sustenta el gobierno, el PP. Ello revela la tremenda frivolidad de nuestra clase política, que sigue considerando la educación como un terreno de enfrentamiento ideológico. Si no se alcanza un gran pacto nacional sobre el modelo, difícilmente podremos salir del agujero negro en el que nos encontramos.
Porque la educación es el motor y la base para una sociedad prospera y avanzada, y no ha de dejarse llevar por sectarismos, ni ideologizaciones sino por el consenso y el compromiso para con ella y con los jóvenes de nuestro país, los cuáles somos el presente y cuyo futuro está abocado al fracaso sino se dota de calidad al sistema educativo, cosa que creo, espero y deseo que proporcione la LOMCE.

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