viernes, 31 de enero de 2014

Lenta y necesaria mejoría.

Es un hecho que los indicadores de crecimiento económico han mejorado durante los últimos trimestres en España. La recesión ha terminado, y todo apunta a que durante 2014 se alcanzarán tasas de crecimiento positivas, en torno al 1%. El crecimiento intertrimestral en el cuarto trimestre de 2013 (0,3%) ratifica las expectativas favorables; y todo indica que en 2014 habrá creación neta de empleo.
La percepción de los problemas de la economía española está variando claramente. Ya no está en una etapa recesiva, pero existe el riesgo de que durante un plazo indeterminado, aunque superior a tres o cuatro trimestres, ese crecimiento no vaya acompañado de generación significativa de empleo. No es un temor infundado; en EE UU, por ejemplo, una economía más dinámica que la española, el aumento del PIB ha producido una reducción del paro más lenta de lo que esperaban los patronos de la política económica y monetaria. En España, el enorme volumen de desempleo es un grave problema en sí mismo, con independencia de las tasas de crecimiento que se alcancen. Es muy probable que, desgraciadamente no se reduzca la tasa de paro hasta los rangos anteriores a la crisis antes de principios de la siguiente década.
Así pues, la mejora en el crecimiento económico tiene que valorarse como lo que es: un indicio de que la economía real y las condiciones sociales pueden mejorar  en los próximos trimestres, hasta que se concrete en una recuperación fuerte y robusta a principios de 2015. Las consecuencias de la crisis financiera y la recesión no se limitan a un bajo crecimiento y a un aumento desorbitado del paro; también se manifiestan en una subida preocupante de la economía sumergida ( que en España llega hasta el 24,6% del PIB ). Por tales razones, la política económica tiene que hacer algo más que tomar nota de la incipiente senda de crecimiento; incentivando la creación de empleo estable y sostenible y actuar contra el fraude laboral y fiscal, que solo será real cuando se disminuya la fiscalidad y las cotizaciones sociales.

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