viernes, 21 de febrero de 2014

Miseria y represión, el cóctel molotov de las protestas en Venezuela.

Venezuela lleva nueve días sumida en una oleada de protestas en las calles en contra del régimen chavista que preside Maduro. Los violentos enfrentamientos dejan ya seis muertos y centenares de heridos, así como decenas de detenidos por la, entre ellos, el líder opositor Leopoldo López, acusado de instigar un "golpe de Estado".
Hasta ahora, la estrategia seguida por Maduro consiste en reprimir de forma brutal las protestas, al tiempo que tilda a los manifestantes de "fascistas". Su objetivo político es claro: identificar el profundo descontento que padece buena parte de la población con una "conspiración" por parte de EEUU para derrocar a Maduro y la guerra económica que, según los chavistas, lleva desarrollando la oposición en los últimos meses para tratar de desestabilizar el país.
Sin embargo, las causas reales del levantamiento de parte de la población son muy distintas, encontramos aquí un cóctel explosivo, en el que se mezclan miseria y represión son sin duda alguna, las causas de esta pacifica  a revolución, siendo el detonante de esta, el pasado 12 de febrero, Día Nacional de la Juventud en Venezuela, cuando miles de estudiantes tomaron las calles de Caracas para protestar por la crisis económica y social y la elevada inseguridad que sufre su país.
El creciente declive económico que padece Venezuela desde hace años se ha acentuado de forma muy sustancial en los últimos meses, tras la muerte de Hugo Chávez y su sustitución en el poder por Nicolás Maduro. El desabastecimiento y la hiperinflación campan a sus anchas en la otrora rica economía venezolana debido al fuerte intervencionismo público y el rígido control de cambios impuesto por el régimen.
Otra prueba evidente de la ruina chavista es la producción de petróleo. Venezuela posee una de las mayores reservas de crudo y gas del mundo, pero la nacionalización de esta industria ha convertido a este país en el único poseedor importante de recursos energéticos cuya producción ha caído considerablemente en los útlimos años.
El fuerte deterioro de las condiciones económicas se ha traducido, igualmente, en un aumento muy importante de la criminalidad y la delincuencia.
Por último, y como muestra de la escasa libertad que disfrutan los venezolanos, primero Chávez y ahora Maduro han ido tomando el control de casi todos los medios de comunicación del país. Por esto es que Venezuela ocupa el puesto 116, de un total de 180, en el ranking mundial de libertad de prensa. Siendo ejemplo de esto que tras el estallido de las revueltas, los usuarios de twitter en Venezuela han denunciado que no se pueden ver imágenes ni tampoco subir fotos en el país debido a la censura del Gobierno.
Además, nos encontramos ante uno de los países más corruptos del planeta. Ocupa el puesto 160, de un total de 177 países, en el índice de percepción de corrupción que elabora Transparencia Internacional.
Por este cóctel de miseria y represión que representa el socialismo del S.XXI en Venezuela los jóvenes del país han reaccionado de forma pacífica porque, a diferencia de otros venezolanos, ellos han crecido en medio del chavismo y todo lo que saben sobre el socialismo es lo que significa en la práctica: pobreza, escasez de bienes y represión política. Porque como señala una de las muchas pancarta que se observan en las protestas, "Estos castro-chavistas hablan como Marx, gobiernan como Stalin y viven como Rockfeller mientras el pueblo sufre".
Deseo que estas propuestas tengan el mismo efecto que las ucranianas y que el gobierno venezolano ceda, para que Venezuela abandone el "socialismo del S.XXI" y sea un país prospero, en el que sus ciudadanos disfruten de los Derechos y libertades fundamentales.

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