lunes, 17 de marzo de 2014

En inmigración: Pacto con consenso.

Después de semanas de enfrentamiento político sobre la tragedia ocurrida el pasado 6 de Febrero en la que murieron 15 inmigrantes cuando trataban de llegar a Ceuta; el Gobierno y el principal partido de la oposición empiezan a cambiar de discurso. Ahora hablan de pacto de Estado, concepto que se emplea a veces con demasiada alegría, pero que apunta la búsqueda de un compromiso en materia de inmigración entre los partidos que tienen o han tenido responsabilidades de poder, y que conviene abrir a otras opciones políticas.
Que la tensión política está bajando lo revelan los signos de la semana pasada: el PSOE renunció a proponer la reprobación parlamentaria de el ministro del interior y el Gobierno, aprobó el Viernes en consejo de ministros una ley sin precedentes, que regulaba este tipo de centros de internamiento del inmigrantes, los famosos CIES, a su vez, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha terminado por admitir que disparar pelotas de goma no fue una buena idea. Sin embargo, se niega a destituir a autoridad alguna, con el argumento de que las muertes no se produjeron a causa del uso de medios antidisturbios.
Ningún país europeo escapa a la realidad de que una parte de la opinión pública observa con temor el crecimiento de la inmigración incontrolada, y desde luego no se debe dejar a los extremistas la utilización de este asunto. Las corrientes centrales de la política española tienen trabajo por delante: métodos humanos para reducir la permeabilidad de las fronteras, en mi humilde opinión, debe pactarse el control por parte de la Unión Europea, en armonía con uno de los pilares de la unión, como es la CAJI (Cooperación en Asuntos de Justicia e Interior), siendo además Ceuta una de las principales fronteras de Africa con el continente europeo, garantías de respeto a condiciones humanas en la retención de extranjeros que entran ilegalmente y cumplimiento de la legislación europea sobre el derecho de asilo, etc.
Por esto, ha de haber un amplio consenso en España, pues así resultará más fácil negociar con el resto de Europa y con Marruecos. Aunque el acuerdo sobre política migratoria tiene que ser independiente del esclarecimiento de lo sucedido el 6 de febrero, que continúa pendiente de una explicación completa. No se trata de confundirlo todo ni de tapar una tragedia con un pacto, sino de resolver cada problema con tanta firmeza como prudencia.

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