sábado, 12 de octubre de 2013

Lampedusa: Hipócrita tragedia.

Lampedusa, una pequeña isla bastante más próxima al continente africano que el Europeo y perteneciente a Italia, quedará durante mucho tiempo en el imaginario colectivo como símbolo de la tragedia de la inmigración ilegal, pues la muerte de más de 300 inmigrantes, tras el hundimiento del barco que les transportaba, ha removido las conciencias.
Políticos, empresarios, líderes religiosos, ciudadanos, columnistas,etc, nos preguntamos cómo hemos podido llegar hasta aquí. Cómo la Unión Europea, el estandarte de los derechos humanos, el paladín de la democracia, consiente que continúe este drama que acaba cada año con la vida de miles de personas y que se desarrolla a unos pocos kilómetros de sus costas. Cada cual tendrá un culpable: las mafias, las leyes anti-inmigración, los gobiernos de los países de origen, la globalización... Lo cierto es que hay cientos de causas detrás de la decisión de cada una de estas personas para abandonar su país de origen y tratar de buscar un futuro incierto, pero mejor: la pobreza en su lugar de origen, la falta de libertades, el desconocimiento de lo que se encontrarán en su nueva vida, guerras, hambrunas, miseria, deleznables condiciones y hábitos de vida, etc...
Por esto, no estaría de más que  cada uno de los ciudadanos europeos nos preguntemos por los motivos últimos que llevaron a algunos de estos jóvenes a dejarlo todo y arriesgar sus vidas en una incierta travesía. Porque mientras con una mano se lamenta su suerte, con la otra se aprueban leyes que les cierran todas las alternativas, que les empujan a emprender ese viaje que puede ser el último de sus vidas. Es evidente que nadie quiere que se produzca una tragedia como ésta. Pero, ¿estamos dispuestos cada uno de nosotros a tomar todas las medidas que ayuden a evitarla? ¿Cuánto hay de hipocresía en el lamento por lo ocurrido en Lampedusa?
Nadie deja su tierra natal en estas condiciones, arriesgando su vida, si no se ve obligado a hacerlo. Detrás de la inmigración ilegal está el drama de la pobreza. Eso es evidente.
Pero una tragedia de estas características no habría ocurrido, si en Italia no existiera una férrea legislación  en materia de extranjería que bajo el nombre de "Paquete de Seguridad", tipifica como delito la inmigración clandestina y castiga incluso con la cárcel la ayuda de cualquier tipo a los extranjeros en situación irregular aprobada por la 'Liga Norte', partido de Silvio Berlusconi,  en Mayo de 2008. Por ello, es un tato hipócrita que ciudadanos y políticos lamentemos lo ocurrido, cuando no se movió ni un dedo para salvar a los náufragos de la embarcación, por miedo a represalias y problemas legales, pero sobre todo, es hipócrita y vergonzoso, que los ciudadanos italianos permitieran que este "Paquete de Seguridad" fuera llevado al parlamento, aprobado y puesto en práctica. 
Dicen que si de algo aprendemos las personas es de la historia, de los hechos, de los acontecimientos que ocurren y nos ocurren, espero y deseo que esta tragedia humanitaria no quede sólo en conciencias removidas por lo largo y ancho del continente europeo, sino que anime a los gobiernos y al parlamento Europeo a una legislación más humana  y respetuosa con los Derechos Humanos, ante el drama de personas que abandonan sus países buscando un destino y un futuro mejor...

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