sábado, 22 de mayo de 2010

Europa es Liberal-conservadora, España lo será en poco tiempo.

A nadie le queda ya la duda de que la mejor política económica es la propuesto por los liberales-conservadores. En Europs se está viviendo una ola de victorias consevadoras, desde que en Junio de 2009, el Partido Popular Europeo consiguiera la victoria en el Parlamente Europeo, elección Europea tras elección Europea ha ido arrasndo el centro-derecha.
Así, por vez primera en varias décadas, la política, la economía y la diplomacia de los grandes Estados e instituciones de Europa están controladas por una nueva generación de líderes conservadores.
Por vez primera, igualmente, el eclipse socialdemócrata es una realidad política continental. Tras tres años de crisis monetaria internacional y varios años de crisis económicas nacionales, las opiniones públicas y los equilibrios políticos entre las grandes potencias han alejado del poder a una generación de políticos socialdemócratas europeos.
El presidente de la UE, Herman Van Rompuy, es católico practicante. El presidente del Parlamento europeo, Jerzy Buzek, es conservador reformista. El BCE está presidida por un liberal francés (Trichet). El presidente de la Comisión europea (Durao Barroso) acompañaba en las Azores a Bush, Blair y Aznar. La canciller alemana, Angela Merkel, es demócrata cristiana rigorista. El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, es conservador pragmático. El primer ministro británico, David Cameron, es un conservador, demócrata con ideas jovenes. El primer ministro de Italia, Berlusconi, es conservador populista.
Hay muchos matices entre ese arco iris de sensibilidades conservadoras. Todos comparten una reserva de fondo hacia las experiencias socialistas y socialdemócratas, que todos han combatido durante muchos años, antes de ser elegidos para intentar combatir el eclipse político de sus países y de Europa misma. Entre ellos, hay bastantes diferencias de sensibilidad e intereses nacionales. Pero todos están urgidos por la misma necesidad acuciante de devolver a sus Estados y Europa una esperanza minada por la crisis monetaria y la crisis del Estado providencia. Viendo estos ejemplos me pongo a pensar y pienso que por qué en España seguimos con un gobierno socialista acabado, que ya no es ni socialista, o si lo que nos presenta como socialista es lo que está haciedo, mejor que se quite la S a sus siglas. El gobierno Español debería de tener dignidad y si se quiere con la cabeza un poquito alta, lo que le queda es convocar elecciones ya, porque sino este país se le va a ir de la manos, y los que lo vamos a sufrir no son otros que nosotros los ciudadanos.

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