jueves, 6 de mayo de 2010

Rajoy y el PP toman la alternativa.

Mariano Rajoy acertó al destacar ayer que a Rodríguez Zapatero nunca le han faltado apoyos parlamentarios para tomar medidas anticrisis, pero sí voluntad y firmeza para emprender las reformas estructurales que requiere la situación económica actual. Por eso es lógico que el líder del PP se remita a los hechos futuros, más que a las palabras, para comprobar la solvencia de los acuerdos alcanzados con el presidente del Gobierno para reestructurar las Cajas de Ahorro antes del 30 de junio, y modificar su legislación, en el plazo de tres meses, lo cual demuestra que la situación de este sector del sistema bancario es muy delicado. Cabe cuestionarse si para estos acuerdos, y para ratificar la aportación española al rescate griego y el respaldo al euro, era necesario el encuentro de ayer, incógnita que no incumbe a Rajoy, pero sí a Rodríguez Zapatero, quien tuvo en su momento la oportunidad de aprovechar la llamada «mesa de Zurbano» para recabar los apoyos que ayer pidió, y obtuvo, al PP. Rajoy actuó ayer con responsabilidad institucional, porque no le corresponde ser quien ponga pegas a propuestas del Gobierno que pueden ser compartidas. En todo caso, el líder del PP no transmitió entusiasmo alguno por el resultado de la reunión, porque los acuerdos rubricados giran en torno a medidas planteadas por los populares desde hace meses reestructuración bancaria, profesionalización de las Cajas, y que han sido sistemáticamente rechazadas por el gobierno. Hasta ayer.
Desde el punto de vista de las formas políticas, Rajoy logró ayer un triunfo personal. Hasta ahora, siempre fue Zapatero quien había sabido rentabilizar en su favor cada cita de La Moncloa, bien con el peso de una fotografía institucional, bien con un afianzamiento de su iniciativa y liderazgo. Sin embargo, ayer fue Rajoy quien marcó las distancias necesarias sin incurrir en catastrofismos y, a su vez, sabiendo diagnosticar con nitidez la gravedad del problema. Rajoy avanzó soluciones y su cita ante las cámaras tras la reunión fue una presentación convincente de su candidatura como alternativa sólida a un Gobierno incapaz. Es evidente que, desde una perspectiva puramente económica, el encuentro en La Moncloa se quedó corto, pero probablemente la búsqueda de soluciones no era la excusa de la cita. Lo relevante era el mensaje político que Zapatero y Rajoy querían transmitir y, en esta ocasión, el presidente del Gobierno, noqueado, vio cómo Rajoy le ganó de paliza, demostrando así Rajoy, su buen hacer político y su disposición para coger las riendas de este país, puesto que cabe destacar, que únicas medidas tomadas por el gobierno, que realmente han aportado algo a nuestra economía en estos últimos 2 años toda han sido propuestas por el Partido Popular, que durante un tiempo el gobierno hizo oidos sordos a ellas, pero que con el tiempo se ha dado cuenta que son las mejores. Por eso yo, desde mi humilde cargo de Presidenta de Nuevas Generaciones de Líjar, un pueblo de Almería, voy a trabajar dura y ferreámente para que todas las medidas del PP, se han tomadas en serio desde Moncloa, porque en Moncloa estará Mariano Rajoy y su magnífico equipo. Trabajaremos para ello, porque es está demostrando y se ha demostrado somos la única alternativa en condiciones que hay en este país.

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